Por qué debes usar irrigador dental

No nos cansamos de repetirlo: la prevención es el mejor tratamiento dental. Desde Clínica Dental Dr. Leví Cuadrado siempre te aconsejamos que seas cuidadoso con tu higiene bucal. Por eso, hoy te presentamos el irrigador dental; una herramienta cuyo objetivo es eliminar todos los restos de comida y reducir el sarro de tus dientes.  

Antes de conocer los detalles queremos que sepas que el irrigador es un aparato que complementa la higiene bucal, pero en ningún caso sustituye al cepillado, al uso del hilo dental o al enjuagado con colutorios. 

De hecho, el mayor riesgo del irrigador es creer que su uso, pues da una sensación de limpieza bastante grande, reemplaza al cepillado. Con esto claro, ¿cómo funciona el irrigador bucal y para quiénes se recomienda?

Funcionamiento

Está compuesto por un depósito de agua, un regulador de presión y una boquilla, y existen irrigadores de diferentes tipos: portátiles, asociados a un cepillo eléctrico, con varios tipos de boquillas… De eso depende también su precio, pues oscilan entre los 25 y los 100 euros aproximadamente. Los más comunes se pueden adquirir por entre 30 a 50 euros. 

Su funcionamiento es sencillo y usarlo tras el cepillado nocturno (el que se cree más importante para eliminar todos los restos de comida de la jornada) es suficiente. Tan sólo deberás aplicar el chorro de agua sobre cada uno de los dientes durante unos segundos. Se recomienda regular la presión de menos a más e ir siguiendo la línea de las encías. Es importante también aplicar, no sólo sobre la cara externa de los dientes, sino también en el interior. 

¿Cuándo se recomienda?

El irrigador dental puede ser usado por cualquiera, prevenir nunca está de más. Sin embargo, los odontólogos lo aconsejan especialmente cuando: 

• Llevas ortodoncia (sobre todo brackets): para eliminar mucho mejor los restos de comida. 
• Sufres inflamación de encías (gingivitis o periodontitis): para que el agua estimule las encías y se eliminen mejor las bacterias. 
• Tienes implantes dentales: porque conservarlos en buen estado depende sobre todo de una higiene dental muy concienzuda. 
• Padeces sensibilidad dental: porque el irrigador resulta menos molesto que los cepillos interdentales o el hilo dental. 

Sin duda, el uso del irrigador dental genera, a medio y largo plazo, varios beneficios como eliminar los restos de comida de donde el cepillo no accede, prevenir caries y enfermedades periodontales, eliminar placa bacteriana; y prevenir el mal aliento. 

¿Conocías esta herramienta? ¿Qué te ha parecido? Si tienes dudas sobre su uso o recomendación, recuerda que en Clínica Dental Dr. Leví Cuadrado estamos dispuestos a atenderte y aconsejarte lo mejor. 

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